Hoy hablamos de la agorafobia, que es una clase de trastornos de ansiedad, que provoca miedo y una intensa ansiedad en determinados contextos y situaciones, siendo más frecuente en mujeres que en hombres.
La prevalencia global de la agorafobia según los últimos datos recogidos por el Ministerio de Sanidad en nuestro país, es más frecuente en las mujeres (2,4‰) que en hombres (1,4‰). Esta diferencia se acrecienta entre los 25 y 59 años llegando a alcanzar la máxima prevalencia en mujeres entre 50 y 54 años (3,3‰). La prevalencia es mayor en la edad adulta presentando cifras más bajas en la infancia y adolescencia así como en ancianos.
¿Qué es la agorafobia?
La agorafobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo y/o ansiedad intenso que se produce en determinados contextos como, por ejemplo: utilizar el transporte público, estar en espacios abiertos o en sitios cerrados, hacer cola, estar en medio de una multitud o estar solo/a fuera de casa.
¿Qué suele hacer una persona que padece este trastorno?
Dentro de las conductas típicas que solemos encontrar en una persona que padece de agorafobia es que, generalmente, evita las situaciones que manifiestan la respuesta de miedo y/o ansiedad, entre otras, porque uno de los pensamientos más recurrentes es que no puedan escapar o no tengan a nadie a su alrededor que les pueda ayudar y, por tanto, tienen miedo a la reacción que puedan tener como: hacer el ridículo, sufrir un infarto, desmayarse, perder el control y/o sufrir una crisis. Por ello, es frecuente que, cuando la persona enfrenta este tipo de situaciones, suela ir acompañado/a de alguien cercano.

Conchi Moreno Rodríguez, Neuropsicóloga del Centro Neurológico Antonio Alayón.
¿Cuál sería el tratamiento psicológico?
Es frecuente hallar en la agorafobia un acompañamiento farmacológico como los antidepresivos y los ansiolíticos. No obstante, es muy recomendable el tratamiento psicológico, ya que se ha demostrado que sus efectos son duraderos en el tiempo.
Entre los diferentes enfoques de tratamiento psicológico, uno de los más habituales que se suele trabajar en terapia es el enfoque cognitivo-conductual, dentro de la cual se trabaja las creencias que tiene la persona sobre su problemática, los hábitos y acciones que suele llevar a cabo que refuerzan las conductas evitativas junto con técnicas de respiración y/o relajación.
Asimismo, es importante tener en cuenta que, una vez que la persona se expone ante las situaciones temidas, dichos momentos sea en un ambiente controlado y supervisado por el profesional de psicología, ya que, debido a la reacción de ansiedad y/o miedo intenso que genera, podría desembocar en que la persona se resista a enfrentar dichas situaciones.
Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información sobre la agorafobia u otros trastornos de la ansiedad, puede ponerse en contacto con el servicio de Neuropsicología del Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife).
Neropsicología.
Agorafobia.