[vc_row][vc_column][vc_column_text]Alzheimer – Santa Cruz de Tenerife, 26 de diciembre del 2018
Los científicos han identificado factores que aumentan el riesgo de parecer Alzheimer. Los factores de riesgo más importantes (la edad, los antecedentes familiares y la herencia) no se pueden cambiar, pero existen nuevas pruebas que sugieren que podría haber otros factores sobre los que sí podemos influir.
Los científicos saben que los genes están involucrados en el Alzheimer. Hay dos categorías de genes que influyen sobre la capacidad de una persona de desarrollar una enfermedad: los genes de riesgo y los genes deterministas. Se encontraron genes del Alzheimer en ambas categorías.
- Los genes de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad, pero no garantizan que suceda. Los investigadores encontraron varios genes que aumentan el riesgo de Alzheimer. La apolipoproteína E-e4, o APOE-e4, es el primer gen de riesgo identificado y continúa siendo el de mayor impacto.
- Otras formas comunes del gen APOE son APOE-e2 y APOE-e3. Todas las personas heredan una copia de alguna forma de APOE de cada progenitor. Aquellos que heredan una copia de APOE-e4 tienen un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer; aquellos que heredan dos copias, tienen un riesgo todavía mayor, aunque no la certeza. Los investigadores todavía no saben cómo el APOE-e4 aumenta el riesgo. Además de elevar el riesgo, el APOE-e4 puede hacer que los síntomas del Alzheimer aparezcan a una edad más temprana de lo habitual.
- Los genes deterministas directamente causan la enfermedad, lo que garantiza que cualquier persona que los hereda desarrollará el trastorno. Los científicos descubrieron variantes que causan directamente la enfermedad de Alzheimer en los genes que codifican tres proteínas: la proteína precursora amiloidea (APP), presenilina-1 (PS-1) y presenilina-2 (PS-2).
En 2003, la Alzheimer’s Association se asoció con el Instituto Nacional de Asuntos sobre el Envejecimiento para comenzar a reclutar participantes para el Estudio Genético Nacional de Enfermedad de Alzheimer, una iniciativa federal para recopilar y almacenar muestras de sangre de familias con varios miembros que desarrollaron Alzheimer en las etapas finales de la vida. El objetivo es identificar genes de riesgo adicionales del Alzheimer. El estudio sigue buscando participantes.
Una mirada más atenta: Genes vinculados al Alzheimer
Los 23 pares de cromosomas humanos contienen los 30.000 genes que codifican la estructura biológica del ser humano. Esta ilustración interactiva resalta los cromosomas que contienen cada uno de los tres genes que causan el Alzheimer hereditario y el gen con mayor impacto en el riesgo de Alzheimer.
23 pares de cromosomas
La proteína precursora amiloidea (APP), descubierta en 1987, es el primer gen con mutaciones que se descubrió que causa una forma heredada de Alzheimer.
La presenilina-1 (PS-1), identificada en 1992, es el segundo gen con mutaciones que se descubrió que causa Alzheimer de inicio precoz. Las variaciones en este gen son la causa más común de Alzheimer de inicio precoz.
La presenilina-2 (PS-2), identificada en 1993, es el tercer gen con mutaciones que se descubrió que causa Alzheimer de inicio precoz. La apolipoproteína E-e4 (APOE4), 1993, es la primera variación de gen que se descubrió que aumenta el riesgo de Alzheimer y sigue siendo el gen de riesgo con mayor impacto conocido. Sin embargo, tener esta mutación no significa que una persona desarrollará la enfermedad.
La expectativa de vida de los latinos aumentará a 87 años para el año 2050 y sobrepasará a todos los otros grupos étnicos en Estados Unidos.
Qué se puede hacer ahora
La mayoría de los expertos cree que casi todos los casos de enfermedad de Alzheimer ocurren como resultado de interacciones complejas entre los genes y otros factores de riesgo. La edad, los antecedentes familiares y la herencia son factores de riesgo que no podemos cambiar. Ahora, las investigaciones comienzan a revelar claves acerca de otros factores de riesgo sobre los que podemos influir a través del estilo de vida general, las opciones de bienestar y el manejo efectivo de otras afecciones.
Podría existir un vínculo fuerte entre las lesiones graves en la cabeza y el riesgo futuro de padecer Alzheimer, especialmente cuando el traumatismo se repite o incluye pérdida de conocimiento. Para proteger su cerebro, use el cinturón de seguridad, use casco cuando practica deportes y haga de su hogar un espacio a prueba de caídas.
Conexión entre el corazón y la cabeza
Algunas de las evidencias más concluyentes vinculan la salud del cerebro con la del corazón. Esta conexión tiene sentido, ya que el cerebro se alimenta a través de las redes de vasos sanguíneos más importantes del cuerpo, y el corazón es responsable de bombear sangre a través de estos vasos sanguíneos hasta el cerebro.
El riesgo de desarrollar
Alzheimer o demencia vascular parece aumentar con varias de las afecciones que dañan el corazón y los vasos sanguíneos. Estas incluyen las cardiopatías, diabetes, accidentes cerebrovasculares, presión arterial elevada y colesterol elevado. Trabaje junto a su médico para controlar la salud del corazón y trate cualquier problema que surja. Estudios realizados con tejido cerebral donado ofrecen evidencias adicionales de una conexión entre el corazón y el cerebro. Estos estudios sugieren que es más probable que las placas y los ovillos causen síntomas de Alzheimer si ocurren accidentes cerebrovasculares o daños a los vasos sanguíneos del cerebro.
Envejecimiento general saludable
Una línea de investigación promisoria sugiere que las estrategias generales para un envejecimiento saludable pueden ayudar a mantener la salud del cerebro y pueden reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer. Estas medidas incluyen alimentarse con una dieta saludable, mantenerse socialmente activos, evitar el tabaco y el exceso de alcohol y ejercitar tanto el cuerpo como la mente. Encuentre más recursos en inglés acerca del envejecimiento saludable.
Fuente: alzheimer´s association
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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.
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