La anosognosia (del griego: a, prefijo privativo + nosos, enfermedad + gnosis, conocimiento: «desconocimiento de la enfermedad») es una condición patológica que forma parte de los síntomas o características de diversas patologías psiquiátricas y neurológicas.
¿Qué es la anosogosia?
Consiste en la ausencia de percepción subjetiva de estar enfermo, o de tener algún síntoma patológico, pese a la evidencia de lo que le diga su familia o su médico. Se debe distinguir de la Negación, donde paciente realmente sabe que algo le ocurre pero no está dispuesto a admitirlo por las repercusiones emocionales, sociales o económicas que implica.
La anosognosia está presente en múltiples patologías psiquiátricas, siendo bien conocidas aquellas situaciones donde el paciente no es consciente de la condición de irreal de una alucinación visual o auditiva, o cuando el paciente cree firmemente en que está siendo observado, perseguido, o le quieren hacer daño, como es el caso de los delirios paranoides en una persona con esquizofrenia.
Es de especial interés la ausencia de conciencia de enfermedad en síndromes neurológicos o psicológicos frecuentes como es la Enfermedad de Alzheimer u otras demencias. En estos casos, desde fases leves-moderadas, el paciente niega cualquier tipo de problema cognitivo (no reconocen que se olvidan de las cosas, no son conscientes de los errores que comenten al realizar actividades cotidianas) y si reconocen algún déficit, lo perciben como leve, “lo normal para una persona de mi edad”.
Es muy Frecuente que al llevar a una persona mayor con problemas de memoria a una consulta de neurología y/o neuropsicología, que éste se niegue a ir o a someterse a la valoración neuropsicológica, dado que subjetivamente se encuentra bien. La respuesta habitual de estos pacientes, ante la pregunta “por qué ha venido al médico”, es contestar “yo estoy perfectamente” o “mis hijos se han empeñado en traerme, pero yo estoy bien”.
¿Cómo se manifiesta en las demencias? ¿Qué podemos hacer?
La anosognosia puede ser una condición sumamente problemática para las personas que conviven y/o cuidan al enfermo de demencia (Alzheimer, Demencia Vascular, etc.), dado que paciente, al no percibir enfermedad, quiere seguir haciendo cosas para las cuales ya no está capacitado (quiere seguir conduciendo, quiere manejar sus propia medicación, quiere seguir manejando su dinero), o incluso impedir ser cuidado (se niegan a asearse porque creen poder hacerlo solos, por poner sólo un ejemplo).
Esta situación implica gran estrés familiar, y reacciones de agresividad o agitación del paciente, con la sobrecarga y afectación anímica que todo esto tiene para el cuidador / familiar. En los casos más graves (los menos frecuentes), el control del trastorno de conducta en el caso de una persona con demencia y anosognosia es difícil, y fundamentalmente farmacológico. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la habilidad, conocimiento y destrezas del cuidador para convencer y “manejar” al enfermo, puede evitar conflictos y reacciones negativas del paciente afecto de anosognosia.
El consejo en el manejo de los síntomas psicológico / conductuales de la demencia, como puede ser la anosognosia, es de enorme utilidad de cara al cuidador, proporcionándole herramientas de manejo y control no farmacológico, junto con el necesario apoyo emocional y consejo profesional para evitar el desgaste y el “Síndrome del Cuidador Quemado” que afectan con tanta frecuencia las personas que tratan a diario con personas afecta de enfermedades crónicas y neurodegenerativas.
Esta necesidad se justifica con los datos más reciente de prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas en Canarias en general, y en Tenerife en particular, donde estas patologías afectan aproximadamente al 7% de la población a partir de los 65 años, y hasta el 50% de los mayores de 85. En los datos del 2016, en la isla de Tenerife existiría una incidencia de al menos 10.000 personas afectas de Alzheimer, y existiendo estudios que sitúan esta cifra en valores aún más altos.
Neurología.