[vc_row][vc_column][vc_column_text]Santa Cruz de Tenerife, 30 de julio
El 90% de los ictus se puede prevenir con control y tratamiento de los factores de riesgo, pero en caso de producirse es vital reconocer los síntomas y actuar a tiempo porque cada segundo cuenta.
El tiempo es crucial para tratar el ictus. Sin embargo, muchos retrasos en el diagnóstico y tratamiento podrían evitarse si los familiares o testigos supieran reconocer cuándo una persona sufre un accidente cerebrovascular agudo. Una reciente experiencia ha permitido constatar que cualquiera sin conocimientos médicos sería capaz de identificar a alguien que está sufriendo un ictus aplicándole una sencilla y rápida prueba. Basta comprobar si puede sonreír, levantar ambos brazos y mantenerlos erguidos, y pronunciar coherentemente una frase sencilla. Todo en menos de un minuto.
Se ha demostrado que los anticoagulantes disminuyen la discapacidad provocada por los ictus que producen coágulos (ictus isquémicos), pero el fármaco debe administrarse en las tres horas siguientes a la aparición de los síntomas. Dado el corto tiempo disponible, el fármaco sólo se le puede administrar a un pequeño número de pacientes.
Dado que durante un ictus el cerebro se ve privado de oxígeno, se está literalmente muriendo de inanición minuto a minuto. Cuanto antes reciba un paciente tratamiento adecuado en un hospital, más posibilidades tendrá de recuperarse plenamente.
Amy S. Hurwitz, alumna de medicina en la Universidad de Carolina del Norte (EE UU) es la principal autora de un estudio, presentado en una reciente reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón, que examina si los legos pueden aplicar con eficacia un examen de tres pruebas que utilizan los profesionales sanitarios, conocido como la escala prehospitalaria sobre el ictus de Cincinnati (CPSS).
Para realizar el estudio, los investigadores reclutaron a 100 visitantes no pacientes (transeúntes) en el servicio de urgencias de un hospital y los trasladaron a una sala donde, debidamente instruidos, valoraron a un grupo de superviviente de un ictus que todavía presentaban síntomas.
Los resultados indican que los transeúntes aplicaban correctamente las directrices de la prueba en un 96% de los casos. Cuando a los pacientes de ictus se les decía que levantasen los brazos y los mantuviesen erguidos, los espectadores detectaban con un 97% de precisión la debilidad en los brazos, y con un 72% de precisión la falta de debilidad. Cuando se pedía a los pacientes que repitiesen una frase, los transeúntes detectaban los déficit en el habla con un 96% de precisión y la falta de déficit en el habla con un 96%. Y reconocían la debilidad facial, basándose en la capacidad del paciente para sonreír, con un 74% de precisión, y la ausencia de debilidad facial con un 94% de precisión.
«El público en general debería recordar los tres elementos analizados en la CPSS. Por lo tanto, si el habla de un miembro de la familia se vuelve de repente incomprensible, debería llamarse inmediatamente al teléfono de urgencias. De manera similar, si una parte del cuerpo se entumece o si una parte del rostro se cae, deberían pedir ayuda médica inmediatamente», afirma Hurwitz.
Retrasar la atención médica es peligroso cuando alguien sufre un ictus, ya que la continua privación de oxígeno puede causar daño cerebral. «Al tiempo que la profesión médica se esfuerza por mejorar el diagnóstico y el tratamiento del ictus, también el público en general debería intentar acceder a esta atención médica tan pronto como sea posible», dice Hurwitz.
Fuente: El país
Desde Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife) les recordamos que el ictus es la segunda causa de muerte en España, siendo la primera en mujeres. La Sociedad Española de Neurología (SEN) informa de que cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en España, de los cuales un 50 por ciento quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. Además, actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus. Y en concreto Canarias (con sus provincias Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria) registra anualmente 3.500 casos de ictus.
Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información puede ponerse en contacto con el servicio de Neurología del Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife).
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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.
Neurología.
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