¿Cómo debemos actuar cuando una persona persona que sufre la enfermedad de Alzheimer está agresiva? Te lo explicamos a continuación, en este artículo.
La Enfermedad de Alzheimer (EA) es una de las demencias más prevalentes en la actualidad, pero no la única. Esta demencia, como otras, conlleva la aparición de déficits cognitivos atencionales, mnésicos, lingüísticos…pero, además, también afecta a la esfera emocional y conductual del paciente.
El bagaje de síntomas que encontramos en la Enfermedad de Alzheimer es muy amplio
Dentro de la enfermedad de Alzheimer (EA) se puede hallar síntomas como los delirios, alucinaciones, inquietud, apatía, agresividad, entre otras.
La agresividad es uno de los síntomas que más preocupación genera entre los cuidadores, puesto que puede llegar a ser uno de los factores más relevantes que puede empeorar la sobrecarga del cuidador.
La agresividad puede ser de dos formas: verbal (gritos y/o insultos) y física, lo que conlleva a que el manejo de estos pacientes sea muy difícil, pudiendo ser uno de los motivos por los cuales llegan a estar institucionalizados.
Las afirmaciones más frecuentes que suelen decir los cuidadores es que, cuando el paciente muestra una actitud agresiva es porque ‘actúa como un/a niño/a’, ‘ha tenido un berrinche’, ‘hoy se despertó de mala gana’…Nada más lejos de la realidad, el paciente no actúa de esta forma por ninguno de los motivos descritos. Como se mencionó anteriormente, la EA (como todas las demencias) pueden afectar la conducta de la persona que lo padece, por tanto, no actúa de dicha forma por voluntad propia, sino que es una manifestación propia de la enfermedad.

Conchi Moreno Rodríguez, neuropsicóloga del Centro Neurológico Antonio Alayón.
¿Cuáles son las recomendaciones cuando nuestro familiar con EA tiene un comportamiento agresivo?
En primer lugar, es recomendable identificar qué ha causado su conducta agresiva: cambios en la rutina, si ha dormido adecuadamente la noche anterior, modificaciones en el ambiente, etc. En caso de que se produzca dicho comportamiento, sería útil tener alternativas que ayuden a nuestro familiar a calmarse, siempre y cuando ese recurso mejore su estado anímico (escuchar una canción de su cantante favorito, pintar, etc.).
Es muy importante resaltar que cuando nuestro familiar entra en ese bucle de agresividad, no intentemos discutir y/o razonar, ya que hay que tener en cuenta que su nivel cognitivo no es el que era e, incluso, podríamos empeorar su reacción.
En la mayoría de las ocasiones, cuando nuestro familiar tiene una conducta agresiva puede llegar a expresar verbalmente frases hirientes, provocando en la persona que lo cuida un sentimiento de tristeza, pudiéndole desembocar en una sensación de inutilidad ya que observa que todos los esfuerzos que hace el/la cuidador/a no son suficientes, lo que incrementa la sobrecarga emocional. En estos casos, aunque es totalmente comprensible que se llegue a ese estado emocional, es importante tener presente no tomarse personalmente dichas opiniones, ya que, como se dijo anteriormente, no son producto de la voluntad misma del paciente, sino de su enfermedad.
No hay que olvidar que nuestro cerebro es donde emerge quiénes somos, cómo sentimientos, actuamos…por tanto, si se ve afectada por una enfermedad, todo ello también cambiará..
Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información sobre la agresividad en personas con Alzheimer u otros síntomas conductuales, puede ponerse en contacto el servicio de Neuropsicología de Centro Neurológico Antonio Alayón.
Artículo elaborado por Conchi Moreno Rodríguez, neuropsicóloga.
Neuropsicología.
Agresividad en la enfermedad de Alzheimer.