Ser cuidador de una persona con alzheimer: una extraordinaria labor y tristemente poco reconocida

El cuidador de una paciente de alzheimer ha estado de forma tradicional al cargo de una mujer de mediana edad. El cuidado ha sido casi siempre “un asunto femenino” y lo más complicado de todo ello era que, hasta no hace poco, todas estas mujeres no recibían asistencia, instrumentos o asesoramiento sobre cómo cuidar y cómo cuidarse.

El cuidador de alzheimer desarrolla una importante carga física, psíquica y emocional. Se responsabilizan de la vida de la persona dependiente: medicación, higiene, alimentación y cuidados y hasta deben tomar decisiones por ella. Cada vez van necesitando más horas para el cuidado y acaban perdiendo paulatinamente su independencia. Se van descuidando y desatendiendo a sí mismos, salen menos, se relacionan menos, etc. En definitiva, paralizan o aparcan durante algunos años su proyecto de vida, se centran tanto en el bienestar de su ser querido que muchas veces se olvidan del suyo, una situación que tampoco es beneficiosa para el enfermo.

La media diaria de dedicación casi exclusiva del cuidador de Alzheimer es de 15 horas durante los sietes días de la semana, ya que la propia enfermedad va provocando que la persona afectada sea cada vez más dependiente.

Sin el apoyo necesario, abordar esta realidad acostumbra a desatar problemas tanto físicos como  psicológicos asociados al estrés, la ansiedad o la depresión. Esto se conoce como síndrome de sobrecarga del cuidador o “cuidador quemado”.

Cómo evitar en la medida de los posible en síndrome del cuidador quemado

Para intentar evitarlo en la medida de lo posible el cuidador de alzheimer puede seguir las siguientes recomendaciones:

Para ello es muy importante que:

  • Estes correctamente informado de la enfermedad de tu familiar y su manejo.
  • Planifiques los cuidados y los repartas entre los miembros de la familia que puedan o estén en disposición de hacerlo. Buscando ayuda externa, si fuera necesario.
  • No dejes tu trabajo si lo tienes. Si fuera necesario, reduce la jornada.
  • No abandones tus hobbies o actividad social, no obstante tendrás que reducirla.
  • No desatiendas la relación con tu familia. Procura que todos los miembros estén informados sobre la enfermedad, para que comprendan y colaboren en dicha etapa.
  • Y nunca debes de olvidar que en tu rol de cuidador principal, eres una de las personas más importantes y claves en la vida de una persona con Alzheimer, porque esta depende de ti.

Ser cuidador de una paciente con alzheimer resulta un gesto de amor incondicional y gran sacrificio por parte de quien asume la responsabilidad

Tengamos siempre  presente que: “los obstáculos se convierten en rocas donde sujetarnos para seguir ascendiendo, nunca en piedras donde tropezar”.

Cuidador alzheimer  –  Santa Cruz de Tenerife – Tenerife, 23 de enero del 2019

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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife (Tenerife).

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