[vc_row][vc_column][vc_column_text]Santa Cruz de Tenerife, 16 de Febrero
La enfermedad de alzheimer es muy dura tanto para la persona que la padece como para quien lo cuida. Un proceso para el cuidador que le produce un elevado desgaste tanto físico como psicológico. Muchas emociones afloran al vivir esta situación de primera mano, como lo hacen los cuidadores.
La Enfermedad de Alzheimer ha cobrado gran importancia en los últimos años y se caracteriza por su naturaleza degenerativa y evolución progresiva, que repercute en las funciones cognitivas (memoria, atención, resolución de problemas…) y en el comportamiento. Esto afecta a todas las parcelas del día a día de quien lo padece, por lo que se necesita personas que lo supervisen y acompañen.
Los datos de personas con demencia son realmente escalofriantes, el número de casos actuales en España se sitúa actualmente en torno a los 500.000-600.000, aunque para mediados de este siglo (año 2050) la cifra podría llegar al millón. La enfermedad de Alzheimer es la causa de demencia más frecuente, ya que supone entre 50 y el 70% del total de casos. Son datos del informe Impacto social de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, publicados por la Fundación Cerebro, perteneciente a la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En la isla de Tenerife, donde se encuentra nuestro Centro (Centro Neurológico Antonio Alayón – Rambla de Santa Cruz nº133 – Santa Cruz de Tenerife) según los últimos datos recogidos en el año 2016, la cifra llega a 10.000 personas que padecen Alzheimer, un dato sin duda realmente alarmante.
En este artículo queremos de la mano de nuestra psicóloga darles algunas pautas y consejos para ayudar lo máximo posible, a superar la situación a las que muchas familias se deben enfrentar ante este duro proceso.
En nuestro Centro Neurológico ubicado en Santa Cruz de Tenerife (Tenerife) estamos habituados a realizar diariamente de la mano de nuestra psicóloga una labor de apoyo y ayuda a los familiares de los pacientes de Alzheimer a través de la psicoterapia (tanto individual como grupal), ya que consideramos que es sumamente importante para ellos. Los cuidadores son sin lugar a duda, el pilar más importante de esta epidemia del siglo XXI «el Alzheimer».
¿Cómo cuidar a nuestro familiar?
Aunque el cuidar de personas enfermos de Alzheimer pueda suponer un sacrificio en ciertas ocasiones y causar frustración, también es una experiencia en la que el propio cuidador descubre capacidades y actitudes eran desconocidas para él, y esto hace que destapen su resiliencia (capacidad que tiene una persona para superar adversidades). Desarrollar y potenciar este concepto es muy importante ya que es común que se produzca el Síndrome del Cuidador quemado, que es el desgaste físico y emocional que sufren quienes se dedican a cuidar de personas dependientes.
Existen estrategias que favorecen los cuidados, puesto que uno de los mayores retos a los que se enfrentan los cuidadores es el comportamiento del enfermo de Alzheimer y, en muchas ocasiones, se encuentran desprovistos de información y conocimientos de cómo actuar. Si ya es complicado enfrentarse a esta situación, más aún es hacerlo sin saber por dónde empezar y sobre todo sin saber si lo que se hace va a beneficiar al ser querido. Esto provoca culpabilidad, por sentirse responsable de que no mejore la situación; frustración, al creer que sus esfuerzos no son suficiente para satisfacer las demandas; impotencia, al ver cómo va empeorando la persona y no se puede hacer nada por detenerlo o desesperanza, al pensar que sus acciones no sirven para conseguir lo que se proponen.
Como cuidar a un enfermo de alzheimer es algo difícil y que no te han enseñado a hacer, te vamos a aportar desde este artículo algunas pautas para facilitar la realización de las actividades diarias:
–Planificar las actividades: llevar una rutina y desarrollar una actitud positiva. La rutina hace que se asiente mejor la información y sobre todo que sea algo conocido. Hay que crear familiaridad para que los mayores no se asusten. Además, para el cuidador tener una rutina supone una mejor organización para su vida.
-Orientar y supervisar las actividades a realizar: lo que dará un sentido de cumplimiento y satisfacción. Es gratificante ver que el trabajo de uno tiene su resultado, ayudar a los mayores y ver cómo son capaces de mejorar una ejecución por la supervisión que se le ha dado provoca un sentimiento agradable para el cuidador.
-Ofrecer seguridad: es importante ayudarles a sentirse relajados y a crearles un ambiente de confianza y comodidad. Al tener dificultades de comprensión del lenguaje, se sentirán confusos y buscarán a su persona de protección para que les saque de esa situación, lo que requerirá un cambio de estrategia en ciertas cuestiones.
-Buscar lo placentero: recurrir a actividades del pasado que fuesen agradables para la persona (como por ejemplo, leer el periódico) para que vuelva a disfrutar con ellas. Esto supone un beneficio tanto para la persona dependiente, puesto que hace algo que a ella le gusta, como para el cuidador, porque incrementa la unión entre ellos.
-Ser flexible: hay que adaptarse a la habilidad del sujeto. Ser rígidos a la hora de supervisar y ejecutar las actividades provoca ansiedad. Hay que comprender que cada día es distinto y hay que tener en cuenta cómo se siente la persona ese día, si está más cansada, más reticente, más desorientada…
-Ser realista: no llenar absolutamente cada minuto de ejercicios, sino también dar lugar al reposo, ya que es importante el descanso para que no se produzca saturación. Además, ese tiempo también se puede aprovechar para potenciar las emociones y escuchar música, ver la tele juntos, o habla.
-Simplificar rutinas: la gran mayoría de accidentes ocurren en el área del cuidado personal como son el aseo, la comida o vestirse. Para reducirlos, conviene simplificar las secuencias en los procedimientos complicados, guiarles paso a paso y dejar un tiempo para que la persona complete las tareas.
Destacamos también la importancia que tiene el apoyo del resto de los familiares. Las visitas, la posibilidad de compartir los problemas y de desahogarse, ayudarán mucho a sobrellevar este duro proceso. Así como es de suma importancia pedir ayuda a un profesional (psicólogo) para que pueda ayudar en este difícil proceso, ya que es “como un nueva vida” que ha llamado a tu puerta.
Aunque en un primer momento pueda parecer que es imposible superar esa situación familiar, es imprescindible mantener una actitud positiva y recurrir a la resiliencia interna de cada uno. Los apoyos están para valerse de ellos cuando se necesiten y tomar una actitud posesiva es un factor de riesgo que provoca un desgaste físico y psicológico, lo que repercutirá en el empeoramiento de los cuidados. Lo importante es disfrutar de la compañía de la persona querida y sentirse orgulloso de ser capaz de ayudarla cuando más te necesita, a pesar de los retos que conlleva la enfermedad de Alzheimer.
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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife (Tenerife).
Psicología.
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