El duelo del cuidador comienza con la pérdida de su vida anterior, (trabajos, aficiones, amigos). Y a esto se suma la pérdida de la relación que mantenía con la persona dependiente (esposo, padres, hijos, etc.) y la responsabilidad que supone cuidar de una persona enferma.

El duelo del cuidador comienza desde que asume  el compromiso del cuidado de la persona dependiente

Posteriormente, a corto o medio plazo, se añade la pérdida de la persona dependiente, con la que se tiene una estrecha relación, o bien familiar o de afecto, fruto de horas y días compartidos.

No existen duelos iguales, al igual que no existen personas iguales. Cada uno procesa esta circunstancia de forma diferente. El duelo del cuidador no debe compararse jamás con otras personas en la misma situación.

Sin embargo existen unas pautas generales que pueden ayudar a sobrellevarlo mejor.

Primeramente sé capaz de pedir ayuda, de la forma que sea, por muy fuertes que creamos ser, hay que reconocer nuestros límites. Con la ayuda de los demás es más fácil poder salir adelante. No obstante, aunque no recibas esa ansiada ayuda, ya el mero de hecho de pedirla nos hace ser consciente de nuestra realidad.

Seguidamente, comparte tu dolor con familiares, amigos o profesionales.

En la etapa de duelo del cuidador, se necesita ser escuchado y comprendido

Finalmente, el cuidador necesita ser paciente y generoso consigo mismo. Debe ser consciente que para superar el trauma por el que se está pasando requiere tiempo.

Después del duelo del cuidador, cuando haya asumido la pérdida del ser querido, se debe intentar retomar la vida anterior: trabajo, aficiones, deporte, etc.

Por supuesto, hay que ser consciente que es una tarea ardua, que requiere de mucha disciplina y esfuerzo. Sobre todo después de haberlo dejado de lado durante tanto tiempo por la persona cuidada.

El cuidador ahora tiene la tarea de aprender a cuidarse. Para ello podemos dar una serie de pautas que pueden ayudar en este proceso

En primer lugar, retoma la actividad física. Es importante comenzar poco a poco, como por ejemplo caminar durante treinta minutos al día. Si te gusta el senderismo, es una actividad ideal para hacer deporte y empezar a socializar. Queda con grupos organizados, seguro que ese rato de contacto con la naturaleza y con nuevas personas te ayudan a desconectar.

Seguidamente, si tuviste actividad laboral antes de dedicarte en exclusiva a ser cuidador, intenta retomarlo. Presenta curriculums vitae en puestos de trabajo que te puedan interesar e intenta realizar nuevos cursos de formación que te ayudarán a conseguirlo.

Asimismo, apóyate en la familia y amigos. Haz con ellos planes que seguro habías dejado de lado. Si tienes oportunidad organiza alguna reunión con ellos o planea alguna escapada.

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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.

Cuidador.

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