[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ictus – Santa Cruz de Tenerife, 25 de septiembre de 2018

Las personas que participan en actividades físicas de intesidad leve a moderada, como caminar al menos cuatro horas a la semana o nadar de dos a tres horas a la semana, pueden tener accidentes cerebrovasculares o ictus menos severos que las que son físicamente inactivas, según un estudio publicado en «Neurology».

«El accidente cerebrovascular es una causa importante de discapacidad, por lo que es importante encontrar formas de prevenirlo o, al menos, reducir la discapacidad causada», explica la autora del estudio Katharina S. Sunnerhagen, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). «Si bien el ejercicio beneficia la salud de muchas maneras, nuestra investigación sugiere que incluso el simple hecho de realizar una pequeña cantidad de actividad física cada semana puede tener un gran impacto en el futuro a la hora de reducir la gravedad de un posible ictus».

Para el estudio, los investigadores analizaron dos registros suecos de accidentes cerebrovasculares e identificaron a 925 personas con una edad media de 73 años había sufrido un ictus. Los registros incluían datos sobre la gravedad basados en síntomas como los movimientos de los ojos, los brazos y la cara, el nivel de conciencia y las habilidades del lenguaje. De los participantes del estudio, el 80% tuvo un accidente cerebrovascular leve.

ara determinar la actividad física, se preguntó a todos los participantes que habías sobrevivido a un accidente cerebrovascular qué actividad física tenían antes del ataque. Las preguntas sobre la duración y la intensidad del ejercicio se usaron para determinar la cantidad media de actividad física. Además, se pidió a sus familiares que confirmasen los niveles de ejercicio cuando fue necesario.

Una actividad física leve se definió como caminar al menos cuatro horas a la semana, y la moderada como hacer un ejercicio más intenso, como nadar, caminar rápido o correr de dos a tres horas a la semana. De los participantes en el estudio, el 52% afirmó que estaba físicamente inactivo antes del accidente cerebrovascular.

«Cada vez hay más evidencia de que la actividad física puede tener un efecto protector en el cerebro y nuestra investigación se suma a esa evidencia –confirma Sunnerhagen-. Se necesita más investigación para comprender mejor cómo la actividad física influye en la gravedad de un accidente cerebrovascular. Por último, se debe controlar la inactividad física como un posible factor de riesgo de accidente cerebrovascular grave».

Fuente: ABC

Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información sobre el ictus, puede ponerse en contacto con el servicio de Neurología del Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife).

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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.

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Ictus.

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