Cuando hablamos de «depresión«, hablamos de un trastorno anímico, caracterizado por la apatía, la falta de interés generalizada y la carencia de energía para emprender algo.
Este trastorno lo sufren aproximadamente 300 millones de personas en el mundo y esta considerado por la Organización Mundial de la Salud como una de las tres principales causas de discapacidad a nivel mundial.
Hoy vamos a centrarnos en un inminente estudio, que nos parece muy interesante acerca de la depresión. Aunque en la actualidad hay tratamientos existentes eficaces para la combatirla, no es tan sencillo y en algunos casos se hace muy duro poder superarla y en otras ocasiones por desgracia pasa a ser crónica: la distimia.
Una reciente proyecto de investigación con el fin de sopesar el papel de la familia, llevado a cabo por psiquiatras y psicólogos del servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Ciudad Real, tiene como objetivo comprobar si la intervención por parte de la familia en las terapias puede llegar a mejorar el diagnóstico de personas con depresión resistente.
Este estudio se incluye dentro del tratamiento de la depresión resistente como enfermedad grave que necesita un apoyo multidisciplinar y una singular sensibilidad.
«La hipótesis es cuando hay participación de los familiares en las terapias se produce una mejoría más acusada que cuando está centrada sólo en el paciente. Se trata de comparar la evolución de los que siguen un tratamiento convencional con la de aquellos que lo complementan con intervenciones familiares regladas».
«Asociar este proyecto de terapia familiar a una unidad específica para dar respuesta integral y secuencial en el paciente que padece un trastorno depresivo resistente»según refleja Carlos Rodríguez, psiquiatra del Hospital General Universitario de Ciudad Real
Depresión – Santa Cruz de Tenerife, 25 de marzo del 2019
Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife (Tenerife).
Psicología.