Un paso más cerca de poder restaurar las células dañadas por el parkinson
Parkinson: Un programa pionero de ensayos clínicos en Reino Unido demuestra que los pacientes que recibieron inyecciones en su cerebro de una proteína clave mejoraron claramente sus síntomas. Esto puede significar el primer paso de cara a un nuevo tratamiento de la enfermedad de parkinson.
En este pionero ensayo, financiado por múltiples organizaciones de Reino Unido, se ha analizado una terapia con una proteína de origen natural. En concreto, los investigadores tenían como objetivo investigar si los niveles de una proteína de origen natural, el factor neurotrófico derivado de la línea celular glial (GDNN), pueden regenerar las células cerebrales moribundas en personas con parkinson y revertir su condición.
Fabricaron un sistema de entrega de este factor a las células del cerebro que lo necesitan. En total, 41 participantes se sometieron a una cirugía asistida por robot para colocar cuatro tubos en sus cerebros, lo que permitió que el GDNF se inyectara directamente, con una precisión milimétrica, en las áreas del cerebro afectadas a través de un puerto en el lado de la cabeza.
Participaron seis pacientes en el estudio piloto inicial para evaluar la seguridad del tratamiento. Posteriormente, se incluyeron otras 35 personas en el ensayo doble ciego de una duración de nueve meses: la mitad fue asignada al a para recibir infusiones mensuales de GDNF y el otro placebo. A los 9 meses, todos los participantes tuvieron la oportunidad de recibir GDNF durante otros nueve meses.
El tratamiento basado en un proteína de origen natural podría regenerar las células cerebrales
Inicialmente los resultados fueron desalentadores, ya que, aunque hubo algunos signos alentadores de mejoras en las personas que recibieron GDNF, no se apreciaron diferencias significativas entre el grupo de tratamiento activo y los que recibieron placebo en cualquier evaluación de los síntomas de Parkinson.
Sin embargo, los resultados de los análisis cerebrales sí revelaron efectos extremadamente prometedores sobre las células cerebrales dañadas.
Antes del ensayo todos los participantes fueron sometidos a escáneres cerebrales, que se repitieron a los nueve meses para evaluar cómo estaban funcionando las células cerebrales productoras de dopamina. Aquí sí se apreció el efecto del tratamiento: mientras que no hubo cambios en las personas que recibieron placebo, el grupo que recibió GDNF mostró una mejora del 100% en un área clave del cerebro afectada por el párkinson, lo que es una gran noticia y abre la esperanza de que el tratamiento pueda reactivar y restaurar las células cerebrales dañadas.
Incluso en una dosis baja se ve evidencia en mejoría del paciente lo que resulta realmente esperanzador
A los 18 meses, cuando ya todos los participantes habían recibido GDNF, ambos grupos mostraron mejoras de moderadas a grandes en los síntomas, en comparación con sus puntuaciones antes de comenzar el estudio. Esto ofrece un nuevo estímulo de que el tratamiento puede tener efectos beneficiosos a largo plazo, pero como todos sabían que estaban recibiendo el tratamiento activo y no había un grupo de comparación, estas mejoras deben tratarse con precaución.
Alan Whone, investigador principal en el ensayo, considera que «la magnitud espacial y relativa de la mejora en las exploraciones cerebrales está mucho más lejos de lo que se ha visto anteriormente en los ensayos de tratamientos de factor de crecimiento con cirugía para el parkinson. Esto -señala- representa una evidencia de que posiblemente tengamos un medio para volver a despertar y restaurar las células cerebrales de dopamina que se destruyen gradualmente en el parkinson»
El profesor Steven Gill, neurocirujano líder y diseñador del dispositivo, comentó que se trata de un avance significativo en nuestra capacidad para tratar afecciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson «porque la mayoría de los medicamentos que podrían funcionar no pueden atravesar el torrente sanguíneo hacia el cerebro, debido a una barrera protectora natural».
«Incluso en una dosis baja, hemos visto evidencia de mejoría en el paciente, lo cual es increíblemente alentador. Ahora debemos avanzar hacia un ensayo clínico definitivo que use dosis más altas y este trabajo necesita financiación con urgencia»
Parkinson – Santa Cruz de Tenerife, 04 de marzo del 2019
Fuente: abc
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Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.
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