[vc_row][vc_column][vc_column_text]Santa Cruz de Tenerife, 8 de Enero.
Los videojuegos pueden resultar para la salud más grave de lo que parecen, de llegar a ser una simple actividad de diversión puede convertirse en un problema de adicción.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido el «trastorno del videojuego» como una enfermedad mental, en su edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
De acuerdo al documento, el trastorno del videojuego se relaciona con los trastornos por comportamientos adictivos, y está caracterizado por un «patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente», en el que el jugador da prioridad a los videojuegos sobre otras actividades de la vida, «pese a que se produzcan consecuencias negativas”.
«El trastorno por videojuegos será añadido en la versión que será publicada en junio» del ICD-11 tras un largo proceso en el que trabajan diferentes expertos y que lleva desde 2005, señaló el portavoz de la agencia de la ONU Tarik Jasarevic en la rueda de prensa bisemanal de la ONU en Ginebra.
La inclusión del trastorno se da por hecho, pues existe «un consenso» de expertos, recalcó.
El trastorno por videojuegos figurará en el capítulo de enfermedades mentales, recalcó el portavoz de la OMS.
El comportamiento de las personas hacia el videojuego, en cuanto a las horas que le dedican o la frecuencia, puede traer consigo una serie de consecuencias mentales o físicas, como perjuicios en la vista o una falta de actividad física, dijo.
La OMS resalta en la definición un patrón de comportamiento «suficientemente severo» como para que acabe por invalidar a la persona en lo personal, familiar, social, educacional u ocupacional, y advierte que el trastorno se hace evidente al cabo de unos 12 meses, lo que permite realizar un diagnóstico, aunque si los síntomas son graves, el período puede ser menor.
Aunque faltan datos epidemiológicos sobre el trastorno por videojuegos, al tratarse de un concepto relativamente nuevo, se calcula que puede afectar a entre 1 y 10% de la población general adulta, explicó Jasarevic, quien agregó que se puede tratar sobre todo de personas jóvenes, pero que es una consideración no establecida.
«Las personas que participan en juegos digitales o videojuegos deberían vigilar el tiempo que les dedican, particularmente cuando se puede atribuir a esta actividad el abandono de otras labores diarias, y monitorear cualquier cambio en su salud física o psicológica, así como su funcionamiento social», añadió.
La inclusión de un trastorno en el ICD permite a los países tenerlo en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre la provisión de cuidados médicos y la designación de recursos para su prevención, tratamiento y rehabilitación.
Al dar este paso, la OMS espera que este problema atraiga cada vez más la atención de profesionales de la salud sobre el riesgo de que pacientes desarrollen este trastorno y, como consecuencia, apliquen las medidas relevantes de prevención y tratamiento.
Fuente:contrapunto
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