[vc_row][vc_column][vc_column_text]El Ictus (infarto cerebral) no avisa, llega a traición
La mayoria son de tipo isquémico, es decir, un coágulo tapona el paso de la sangre hacia una parte del cerebro.
Los superviventes deben ser conscientes de que la rehabilitación es dura pero muy efectiva para su recuperación.
Las estadísticas son copiosas y demoledoras: cada 6 minutos hay un ictus en España. 1 de cada 6 personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Es mortal en el 30% de los casos. Es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones. En el caso de los supervivientes, provoca una discapacidad grave en el 40% de los casos. Es la primera causa de discapacidad en adultos.en la actualidad. Para todos ellos, el ictus supone el comienzo de una nueva vida.
La vida sin duda continua, sólo hay que adaptarse a las nuevas circunstancias. Hay personas que pierden toda motivación, pero si puedes tener una mejor calidad de vida, ¿por qué no luchar?. Cada persona es un mundo, cada caso es distinto y el abanico de secuelas es muy amplio, pero según la parte del cerebro que esté más afectada, las secuelas más habituales son:
Secuelas
Parálisis, pérdida de fuerza y/o movilidad. Es la más frecuente y suele afectar a la mitad del cuerpo. En un minuto, el paciente pierde la movilidad que tardará en recuperar más de un año. Hay que respetar el periodo de duelo y tener paciencia con los nuevos tiempos del paciente. Más del 80% de los supervivientes a un ictus consigue volver a caminar.
Trastornos del habla, que implican dificultades para comprender lo que le dicen, formar y/o pronunciar palabras. Con todo, en muchas ocasiones, ‘no hablar no significa no entender’. Hay que volver a aprender a expresar lo básico: qué necesito, qué quiero, cómo me siento… Poco a poco hay que incluir al paciente en la conversación, no hablar por ellos.
Trastornos del equilibrio, que conlleva un riesgo de caídas y fracturas. Para evitar males mayores, los familiares se acostumbran a darles todo hecho, volviéndolos aún más dependientes. “El cuidador debe evitar la sobreprotección del paciente”, explica Aleix. “Hay que poner ciertos límites -si es posible- para que se vista solo, por ejemplo. Tiene que volver a aprender, a recuperar sus habilidades”.
Trastornos cognitivos. Afecta a funciones cerebrales superiores como la atención, la concentración o la memoria. Hay que evitar que esta nueva situación suponga una fuga de la vida social. “Es una patología pesada que acaba cambiando los roles familiares. No todo el mundo está dispuesto a hacer compañía a un enfermo. Te quedas sin amigos”, advierte Aleix.
Trastornos emocionales. Suelen aparecer cuadros depresivos o de ansiedad. La rehabilitación tiene que dar paso a la aceptación de la nueva situación. La fuerza de voluntad hace mucho, pero no es infalible. También debe cuidarse el cuidador, tener su espacio, para no sentir como el enfermo de ictus invade su propia vida.
Evitar recaídas
La recuperación es posible. De hecho, muchos pacientes que han tenido un ictus vuelven a llevar una vida normal. Es más, está demostrado que incluso los enfermos crónicos también consiguen mejorías. Lo importante es comenzar el tratamiento a tiempo, cuando antes sea posible, y todo el tiempo que sea necesario. A mayor tiempo de tratamiento, mayor recuperación. La rehabilitación en el icuts es una reanudación, en la que saldrá todo lo bien que uno pueda y quiera.
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