A lo largo de la vida, hemos tenido pensamientos que nos han afectado negativamente. Aunque la gran mayoría categoriza sus pensamientos, en términos generales, como pensamientos negativos y pensamientos positivos, la realidad es que no son términos adecuados ¿Por qué no? Porque la persona puede malinterpretar que todo aquello que sea negativo hay que ‘no pensarlo’ y, por tanto, evitarlo.

En terapia, lo que se pretende enseñar a los pacientes es, en primer lugar, que todas las emociones son necesarias (alegría, tristeza, miedo…) y, en segundo lugar, la ‘distinción’ entre dos tipos de pensamientos: racionales vs. irracionales.

Entonces, ¿cuales son los términos más adecuados?

Los pensamientos racionales son objetivas, consistentes con la realidad y, por tanto, se pueden verificar. Producen emociones moderadas, ya sean agradables (alegría, amor…) como desagradables (tristeza, enfado…), pero bajo control. Se suele expresar en lenguaje de deseos y/o de preferencias (‘Me gustaría…’, ‘Desearía…’, ‘Puede que…’). Mientras que los pensamientos irracionales no son objetivas y no se pueden contrastar con la realidad; las emociones que producen son de muy alta intensidad o de muy larga duración, lo que desemboca en una sensación de descontrol; se suele expresar mediante un lenguaje absolutista, de órdenes y de exigencias (‘Horrible’, ‘Jamás’, ‘Todo’, ‘Nunca’, ‘Yo debo…’…).

Por ello, no es cuestión de evitar lo puramente negativo y solo pensar en lo positivo, sino de distinguir si tenemos un pensamiento racional o irracional, dado que ambas nos evocarán emociones desagradables ya que son inherentes, pero es el grado de intensidad lo que las hace más ‘controlables’.

Pensamientos irracionales o distorsiones cognitivas

El término con el que, generalmente, enseñamos a los pacientes a identificar los pensamientos irracionales son las distorsiones cognitivas. Dentro de ellas, podemos encontrar varios tipos como lectura de mente (‘Seguro que pensará que soy tonto/a’), magnificación (‘Estuve tranquilo/a, pero hubo un momento que me sudaron las manos, ¡salió espantoso!’), minimizar lo positivo (‘Me dijo que lo hice muy bien, pero no es para tanto’)….hay un gran listado de distorsiones cognitivas y, como se podrá observar, es un tipo de lenguaje dogmático que deriva en pensar en que no hay alternativas posibles.

Conchi Moreno Rodríguez, neuropsicóloga del Centro Neurológico Antonio Alayón.

¿Por qué es importante identificar las distorsiones cognitivas?

La importancia radica en que este tipo de pensamientos afectan negativamente en nuestro crecimiento personal y nos imposibilita poder alcanzar nuestras metas. Podemos hallarlas en personas que no padecen de ninguna psicopatología, pero su frecuencia es increíblemente alta cuando la persona padece de algún problema psicológico. Su identificación permite »cortar» ese flujo de pensamiento facilitándole al paciente la capacidad de distinguir el pensamiento »saludable» del ‘no saludable».

Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información, puede ponerse en contacto con el servicio de Psicología de Centro Neurológico Antonio Alayón.

Artículo elaborado por Conchi Moreno Rodríguez, neuropsicóloga.

Pensamientos racionales e irracionales.

Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife.

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