Para explicar cómo funciona el cerebro de una persona con TDAH puede ser muy ilustrativo imaginarnos la organización de un equipo de fútbol. En él, los diferentes jugadores tienen una función específica.
Los porteros deberán parar los balones del equipo contrario, los delanteros son los encargados de atacar y son los principales responsables de marcar goles, etc.
La familia es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del TDAH
Todo el equipo se encuentra coordinado por su entrenador, el cual decide las jugadas que se van a hacer, los cambios de jugadores, planifica los entrenamientos…
En el caso del cerebro de una persona con TDAH, este “coordinador” que sería el entrenador requiere de ayuda externa, porque por sí solo no puede hacer las tareas que debería llevar a cabo. Por este motivo, los niños y niñas con TDAH tienen mayor dificultad para llevar a cabo tareas que requieran de atención, concentración o planificación, entre otras.
Los mayores expertos en la conducta de los hijos son los padres y madres, por ello, estos son también uno de los pilares fundamentales del tratamiento de los niños y niñas que han sido diagnosticados con TDAH. Es primordial que se involucren en el trabajo que se realiza en las consultas de los especialistas que los tratan (medicina, psicología, pedagogía, fisioterapia o logopedia, entre otros), adquiriendo un rol de “co-terapeuta” que permita generalizar las pautas adquiridas durante las sesiones.
¿Cómo puedo adquirir el rol de “co-terapeuta” en casa?
Ante todo, la relación terapéutica debe ser lo más fluida posible, ya que depositamos nuestra confianza y demandas en una persona ajena al núcleo familiar. Sentirse cómodos con los profesionales permitirá que los procesos de cambio se asimilen mucho mejor.
Por otra parte, es normal que surjan dudas, pues nos encontramos en una situación novedosa, en la que no existen recetas mágicas. Cada niño y niña tienen una forma de ser propia, por lo que el tratamiento durante las sesiones tiene que ser muy individualizado, manteniéndose esta característica también en casa o en el colegio. Incluso hermanos con el mismo diagnóstico de TDAH pueden tener diferentes planes de trabajos y objetivos, debido a que la sintomatología afecta de formas y maneras diferentes a su entorno, sus personalidades y su carácter.
Teniendo en cuenta las especificidades que requiere este tipo de población, a continuación, se abordan una serie de consejos que deben ser adaptados teniendo en cuenta el perfil de cada niño o niña.
¿Cómo puede intervenir un padre o una madre para ayudar a coordinar todos los procesos cognitivos de forma externa?
Siguiendo con la metáfora utilizada al principio de este artículo, la figura del entrenador es entendida como la persona que anima y trabaja para que su equipo consiga las metas que se proponga. Entiende sus limitaciones y potencia las fortalezas, usándolas como elementos compensatorios. En este caso, trabajar de forma conjunta entre terapeuta y familia supondrá mayor probabilidad de éxito en el tratamiento.
El primer concepto fundamental es la empatía. Debemos entender que los olvidos y despistes no son a propósito para molestar o incordiar, este tipo de asunciones pueden derivar en problemas de autoestima y autoconcepto.

Alicia Méndez González, neuropsicóloga del Centro Neurológico Antonio Alayón.
Padres y madres serán el vehículo con el que los niños y niñas puedan encontrar soluciones a los problemas de la vida diaria que se les plantean. Algunas de las pautas que suelen tratarse en consulta pasan por la adquisición de rutinas para toda la familia, el reparto de responsabilidades y el trabajo cooperativo en el hogar. Un ejemplo sería dedicar un momento de la tarde-noche a la preparación de la mochila para el día siguiente o proceder a tener listas con objetivos que se puedan ir tachando a medida que se cumplen. De esta forma estamos controlando externamente aquellas capacidades en las que se presentan más dificultades como son la planificación o la monitorización de las acciones.
Continuando en esta línea, la comunicación se configura como uno de los aspectos en los que se puede incidir más eficazmente. Debemos ser conscientes de que dar demasiada información al mismo tiempo puede hacer que no toda sea procesada o entendida, por lo que es preferible dosificar nuestro discurso. Una acción que se puede poner en práctica es estar pendientes de que cuando estemos llevando a cabo una tarea que requiere de varios pasos, compartiremos con el niño o niña el siguiente paso una vez que haya terminado el anterior. Este tipo de comunicación es más fluida y está basada en el entendimiento de las características individuales, por lo que suele ser más eficaz.
La formación en las familias es clave para el abordaje del TDAH
Por otra parte, entender el origen de lo que les sucede predispone a este tipo de población a abordar mejor la frustración, la agresividad, la depresión, o la ansiedad. La enseñanza de una adecuada gestión emocional durante la infancia y la adolescencia es sumamente importante, siendo un factor de protección que prevendrá en el futuro la aparición de comportamientos impulsivos y temerarios.
El trabajo cognitivo resulta imprescindible después de que nos den un diagnóstico como el TDAH. El entrenamiento para la mejora de las funciones ejecutivas tendrá resultados a nivel de desarrollo cerebral, pues estaremos potenciando habilidades que son un requisito indispensable en el desarrollo evolutivo infanto-juvenil. Este plan debe ser ideado por un equipo multidisciplinar profesional, el cual pueda ofrecer material y pautas a los padres y madres para continuar con el trabajo en casa.
Por último y especialmente en los casos de TDAH en población infantil, la conducta y su desarrollo es un área a abordar en cualquier intervención terapéutica que se realice. Junto al profesional que lleve nuestro caso descubriremos cuáles son los factores que predisponen la aparición de una conducta específica, qué es lo que la está manteniendo y cómo podemos modificarla. Entendiendo al niño como un elemento que se encuentra influenciado por todos los factores internos y externos de su vida, se buscarán las mejores soluciones para proporcionar la salud y el bienestar que necesitan.
Sin duda, actuar en cuanto se detecten anomalías, y trabajar conjuntamente con los profesionales que tienen las herramientas y los conocimientos adecuados hará que el abordaje del TDAH sea un partido que podamos ganar.
Para cualquier duda, información sobre el tratamiento del TDAH, consulta, o si desea asesoramiento para familias con hijos con TDAH, puede ponerse en contacto con el servicio de Neuropsicología del Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife) llamando al teléfono 922 285 978.
Neuropsicología.
Artículo realizado por Alicia Méndez González, neuropsicóloga del Centro Neurológico Antonio Alayón.
Imagen de portada: vacaciones en pagodas
Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife (Tenerife).
TDAH.