En el Trastorno del Espectro Autista, pese a que las alteraciones se presentan principalmente en la esfera emocional, social y conductual, las características de cada persona hacen que se requiera un tratamiento específico y personalizado.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) engloba una gran cantidad de condiciones. La individualidad para el estudio de cada caso supone una de las claves para una intervención efectiva.

Los mitos del TEA

Tanto los medios como la cultura popular han creado en el imaginario colectivo una idea estereotipada y que no siempre refleja la realidad. La intervención temprana es uno de los factores que fomentan un buen pronóstico. Aspectos como la sociabilidad o la emocionalidad han adquirido una gran relevancia en el tratamiento del TEA, modificando completamente la percepción sobre este colectivo.

¿Qué técnicas se pueden emplear a la hora de la intervención en TEA?

El empleo de materiales atractivos, motivadores y, sobre todo, específicos para cada persona son muy importantes en este tipo de intervenciones. El apoyo y trabajo con las familias es también un pilar fundamental y vital.

Para trabajar las emociones, es muy positivo lograr una asociación entre situaciones que puedan darse en la vida cotidiana y relacionarlo con las sensaciones y emociones que estas generan. Una técnica muy interesante, es la creación conjunta de un “Termómetro de las Emociones”. Es una actividad ideal para realizarla en sesiones con la familia, pues se abordan aquellas situaciones que generan más miedo, enfado… Sus beneficios son varios.

En primer lugar, estaremos permitiendo al niño/a explorar sus sentimientos y emociones, para luego ayudarle a darles un nombre. Una buena intervención también debe dotar a las familias y a los niños de herramientas para actuar y saber gestionarlas. Un ejemplo de ellas son las técnicas de relajación enfocadas a la infancia, como el método Koeppen. Desde un lenguaje más sencillo y visual, se enseñan técnicas de tensión y relajación muscular, que permiten el manejo y la gestión de la ansiedad.

Desde la empatía, trabajo conjunto y la paciencia, se pueden lograr muchas metas

Una adecuada intervención de la esfera emocional, permitirá que posteriormente se puedan trabajar otras áreas del desarrollo. Las habilidades sociales se pueden nutrir especialmente de este trabajo. La intervención en este aspecto tiene como objetivo que la persona sea capaz de establecer y mantener relaciones personales que le sean satisfactorias, mejorando así su autoestima o su autoimagen.

Sin duda, lo fundamental es contar con profesionales que establezcan un adecuado programa individual, así como asesoramiento a las familias sobre la gestión de las situaciones que se presentan en la vida diaria. Desde la empatía, el trabajo conjunto y la paciencia, se pueden alcanzar muchas metas.

Para cualquier duda, consulta o si desea ampliar información sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA), puedes ponerte en contacto con el servicio de neuropsicología de Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife).

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