Un accidente cerebrovascular o ICTUS es uno de los motivos más comunes de asistencia a un servicio neurológico urgente. Este se debe a un trastorno, en el que un área o varias se ven afectadas por una isquemia o sangrado; también puede deberse a una patología en los vasos sanguíneos que se ven afectados por algún proceso patológico.
El ICTUS se puede deber a una obstrucción de los vasos sanguíneos, disminuyendo el riego o flujo a los tejidos cerebrales, provocando una falta de oxígeno que tiene consecuencias mortales a nivel celular; llamaríamos ICTUS isquémico a este tipo.
Factores de riesgo del ICTUS
El ICTUS puede ser provocado por la rotura de alguno de los vasos sanguíneos, irrumpiendo la sangre e el riego o flujo, dañando seriamente los tejidos; estaríamos hablando de ICTUS hemorrágico y tiene consecuencias mortales más graves en la persona que lo sufre.
Estos trastornos tienen una serie de factores de riesgo que hay que tener en cuenta para poder evitarlos y llevar una vida lo más saludable posible, ya que e trata de una de las patologías más limitantes y mortales en la actualidad.
La hipertensión, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y drogas, la diabetes no controlada, enfermedades cardíacas, incluso la obesidad, son factores importantes a tener en cuenta que pueden provocar estas lesiones cerebrales graves.
La valoración lingüística, clave tras sufrir un Accidente Cerebrovascular
Las consecuencias a nivel sanitario son múltiples: problemas de lenguaje, problemas de movimiento (déficit motor), parálisis de algunos miembros corporales (alteraciones sensitivas, adormecimiento y/o debilidad en la cara, extremidades…), falta de equilibrio y/o coordinación, problemas psicológicos (distimia, anhedonia, depresión…), entre otros.
Una de las consecuencias más incapacitantes son los trastornos en la comunicación que sufre el paciente. Los problemas pueden darse a nivel de lenguaje expresivo o comprensivo y pueden limitar el día a día.
Las alteraciones del lenguaje reciben el nombre de afasias y/o disartrias (más a nivel articulatorio). Además pueden llevar consigo problemas relacionados con la lectura (alexia) o escritura (agrafia). Por todo ello es de vital importancia una atención temprana, tras sufrir el ACV o ICTUS, para valorar las alteraciones que hayan podido surgir y empezar el tratamiento logopédico con la mayor brevedad, para que las consecuencias no se agraven y no se extiendan a más componentes lingüísticos.
Para cualquier duda o consulta o si deseas ampliar información, puedes ponerte en contacto con el servicio de Logopedia de Centro Neurológico Antonio Alayón (Santa Cruz de Tenerife – Tenerife).
Centro Neurológico Antonio Alayón, Santa Cruz de Tenerife (Tenerife).
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La valoración lingüística tras un Ictus.